n cuanto al primero de estos aspectos, como ya se ha apuntado anteriormente, las características particulares que revisten los medios informáticos exigen de la participación de especialistas que tengan el conocimiento y las metodologías necesarias para el resguardo y preservación adecuada de las pruebas. Por ejemplo, en la medida en que se han intensificado las acciones de persecución de personas que compraban y vendían pornografía de niñas, niños y adolescentes a través de páginas Web, se fue modificando la estrategia de operación para comenzar a utilizarse chats desarrollados en tiempo real, grupos de noticias y foros. Así, “estas modalidades permiten a los pedófilos ponerse de acuerdo” para el intercambio de pornografía con las niñas, niños y adolescentes8.
Precisamente por la complejidad y los procesos de transformación que ofrece el terreno de las tecnologías de la información y la comunicación es que resulta de la mayor importancia el aseguramiento y preservación de evidencia que sólo puede ser obtenida a través de procesos informáticos con algún grado de especialización.
En este tipo de procesos, resulta fundamental acreditar en el marco de la investigación y la acusación penal en contra de las y los perpetradores, por ejemplo, archivos de registro que muestran “quien era el usuario que se encontraba conectado a la computadora, los tiempos de duración de las sesiones, registros que demuestren los períodos en que un equipo se conectó a Internet, las entradas en el historial de navegación, registros en el correo electrónico y chat”. Todos estos elementos pueden convertirse en evidencia que pueda ser utilizada en medios judiciales. Sin embargo, es importante recordar que tal información puede ser susceptible de ser manipulada, falsificada, protegida tecnológicamente o incluso eliminada9.
Este tipo de pruebas pueden ser resguardadas por las autoridades judiciales a través del apoyo de especialistas forenses en informática, que deberían aplicar protocolos y procedimientos científicos orientados a evitar que las pruebas se pierdan, se contaminen, se alteren o se destruyan intencionalmente. La realización de peritajes científicos en esta materia resulta de la mayor importancia toda vez que permite el elevar por una parte los estándares de la investigación, y fortalece los procesos de imputación en contra de las y los presuntos perpetradores.
En particular, este tipo de evidencia de carácter informático puede ser determinante al momento de establecer las bases de comprobación de los verbos rectores de los tipos penales relacionados con ciberdelitos sexuales cometidos en contra de niñas, niños o adolescentes, ya que las mismas pueden dar cuenta de la manera en que se almacena, comercializa, distribuye y se les engancha para ser utilizados en estas conductas delictivas.