ara que una niña, niño o adolescente víctima pueda participar de manera adecuada (informada, sin temor, etc.) en una diligencia, es necesario que antes de presentarse a la misma, haya sido preparado para tal fin. Esta preparación no significa aleccionarlo o indicarle lo que debe decir; más bien es evitar o disminuir temores o angustias y brindarle las herramientas necesarias para que su participación lo empodere y constituya el inicio de su recuperación emocional y psicológica.
La preparación de un niño, niña o adolescente para una diligencia implica describir el objetivo de un proceso de justicia y los roles de quienes participan, de un modo que sea accesible a su nivel de desarrollo.
En términos generales, es posible explicar a un niño, niña o adolescente que:
“Hay reglas que las personas tienen que seguir, que se llaman leyes. Las autoridades son personas que hacen cumplir las leyes. Si alguien rompe una ley, las autoridades investigan qué pasó, y deciden qué hacer para que las personas que rompieron la ley, dejen de hacerlo.
Las leyes dicen que las personas con quienes estaba hicieron algo que es un delito, y necesitan entender bien todo lo que pasó, para tomar decisiones. Necesitan hablar contigo, porque estabas allí cuando pasó. Cuanto más les cuentes, más entenderán lo que pasó, pero tú decides qué quieres contar y qué no. Puedes decir todo lo que sientas y pienses, pero no se vale decir mentiras”
La preparación de una niña, niño o adolescente para una diligencia implica también ofrecerle información sobre lo que sucederá y sobre las reglas a seguir durante la misma. También implica anticiparse a posibles temores que la víctima pudiera tener sobre la diligencia y aclararlos de modo que pueda participar en la misma con el menor temor posible.
La preparación de una víctima antes de una diligencia, se construye alrededor de algunas ideas centrales:
a) Mensajes para informarle a la víctima el objetivo de la diligencia, lo que se espera de ella, lo que se vale y lo que no.
- Las autoridades tienen que investigar y es la manera en que pueden ayudarte.
- Van a pedir hablar contigo porque estabas allí y sabes lo que pasó.
- No puedes negarte a platicar con las autoridades pero puedo acompañarte si tú quieres, o puedes pedir que te acompañe alguien de tu confianza.
- Las autoridades necesitan preguntarte lo que pasó porque son quienes tienen que tomar decisiones sobre qué va a pasar con las personas con las que estabas.
- Lo que pase con las personas con las que estabas no depende de ti. Lo que tú digas sobre lo que pasó es una parte de lo que las autoridades investigan y una vez que tengan información, van a decidir qué hacer.
- Las autoridades no van a hacer nada contra ti. Ir a hablar con el juez no significa que estás en problemas ni que te van a meter a la cárcel. Estás allí porque necesitan entender qué pasó, y qué pueden hacer para ayudarte.
- Es muy importante que lo que digas sea la verdad. Sí puedes decir que no quieres hablar de eso.
b) Mensajes para confirmar lo que la víctima piensa y siente.
- Puedes decir lo que tú creas y pienses sobre las personas con las que estabas, siempre que eso que digas sea verdad.
- No es fácil contar lo que pasó y es difícil hablar de lo que paso con personas que son importantes para ti.
- Cuanto más le cuentes a las autoridades lo que pasó, podrán tomar decisiones de cómo ayudar. Tú puedes decirle todo lo que piensas y sientas sobre esas personas, las cosas buenas y las cosas que no te gustan.
- Tal vez te de pena hablar de algunas cosas porque son difíciles de contar, pero las autoridades están allí para escuchar todo lo que les pasa a las personas. Ya han oído cosas que pasan a las personas muchas veces y pueden escuchar lo que sea que les tengas que contar.
Durante la preparación a una niña, niño o adolescente víctima, no es recomendable hablar de castigo a quien le agredió. Es recomendable mantener el enfoque en la protección o ayuda que se puede brindar. Es importante recordar que aun cuando la persona víctima no se encuentre consciente de desear protección o ayuda, el efecto de la victimización es generar en ella el sentimiento de desesperanza. La persona llega a creer que no merece ayuda. Es importante transmitir mensajes de que tiene derecho a recibir ayuda y protección recordando que esto no depende de que lo pida o desee.
Debido a las dinámicas de enganche que ya se han explicado, es posible que la víctima no quiera “dañar” a quienes les captaron, por lo que es necesario que quede diferenciado que la víctima puede contar lo que piensa y siente y que la decisión de qué hacer será de las autoridades.